La bodega se sitúa en un antiguo lagar, cuyo último dato viene reflejado en la piedra del mismo, siendo 1939, pero cuya antigüedad es difícil de descifrar.

Es el último lagar en pie de Villálvaro que aún se conserva, siendo antiguamente comunitario para varias familias de la localidad.

La cultura del vino y una arraigada tradición, definen la esencia de esta pedanía, aun en estos tiempos.

Durante décadas, la temporada de vendimia era una fiesta , la cual aún se prevalece.

Son más de una treintena los viticultores que han elaborado y que actualmente elaboran claretes del año para su propio consumo.

Por ello, desde hace ya varios años, se celebra un concurso local de catas para premiar al mejor clarete del año, o el mejor “ojo de gallo” (vino con más color que el rosado, sin llegar a ser vino tinto).

En Señorío de Villálvaro utilizamos un sistema especial de elaboración, que combina el trabajo artesanal mediante el único uso de levaduras autóctonas propias del terruño, y el delicado trabajo con la madera, obteniendo así vinos prácticamente naturales.

Todos nuestros vinos están cuidadosamente fermentados en barrica.

Por otro lado, todos nuestros caldos realizan su crianza a lo largo de varios meses, en barricas de roble americano, francés y español.